17 de marzo de 2018

Prejuicio

El 8 de marzo se celebró el Día de la Mujer en todo el mundo. Celebración, recordatorio, homenaje y no festejo. 
Es una diferencia importante, sobre todo para aquellos desavisados que regalan flores y chocolates.

Para aquellos que siguen preguntándose por qué un Día de la Mujer y no un Día del Hombre, para los que no alcanzan a entender de qué se habla cuando se habla de derechos, para los que se sienten aburridos y piensan que ya es suficiente... para todos esos y, por supuesto, para todos los que no lo pensamos, dos notas muy interesantes publicadas en Directo al Paladar, dos hombres hablando de la cocina y del trabajo de las mujeres.

La primera es de Miguel Ayuso que entrevista a un historiador y en la charla se mezclan oficios, hostias y fuentes legales.
En la segunda, Pakus se mete con la Real Academia Española.



De Mesopotamia a la Guía Michelin: 

la historia de las mujeres en la cocina es la historia del machismo

De los 195 restaurantes con alguna estrella Michelin de España solo 18 tienen a una mujer como cocinera: el 9,2 %. Se trata, demás, de un porcentaje habitual en todo el mundo. Por el contrario, según un reciente informe, solo la mitad de los hombres españoles sabe cocinar, frente al 85 % de mujeres.Son datos de sobra conocidos, pero que resultan especialmente sangrantes teniendo en cuenta que la mujer inventó la cocina, una labor que ejercía en exclusiva, y fue separada de ella solo cuando esta adquirió importancia simbólica o económica. En otras palabras: la mujer ha sido siempre la encargada de cocinar, para todo el mundo, menos cuando la actividad era pública o se remuneraba.Durante miles de años, el asado fue el único método de cocción, por aplicación directa del fuego sobre la carne, el pescado o las verduras. Obviamente, no hay pruebas documentales del primer momento en que la Humanidad empezó a mezclar diversos alimentos para conjugar sus propiedades y elaborar los primeros guisos, pero, al menos en Mesopotamia, fue en torno al 7.000 a.C cuando la cocina primitiva sufrió la primera gran modernización gracias al invento de las vasijas de barro. Estas permitieron elaborar los primeras guisos.Como explica a Directo al Paladar el historiador de la gastronomía Carlos Azcoytia, la sopa, que es la primera receta de la Humanidad, es una creación de la mujer. “Era la que recogía las plantas y los frutos, porque estaba observando la naturaleza. El hombre iba a lo bestia a cazar, y con suerte tardaba tres o cuatro días en volver a casa, y los que estaban allí tenían que comer lo que pudieran”. La mujer fue, también, la primera que domesticó los vegetales y los animales pequeños. Los primeros campesinos y ganaderos no fueron hombres, fueron mujeres.






Yo soy un cocinillas, señoras y señores de la RAE,

pero no como ustedes dicen

Yo soy un cocinillas, señoras y señores de la RAE pero no como ustedes dicen, por lo que creo que sería oportuno que revisen la definición de esta palabra, en particular, en su primera acepción. Desde hace unos días, se ha despertado la polémica con algunas definiciones consideradas sexistas que contiene el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua, que hoy queremos analizar. En particular, la definición del vocablo cocinillas me parece desacertada por varios motivos.Según el diccionario, en la primera acepción de la palabra cocinillas -en singular cocinilla- se alude de forma coloquial al hombre que se entromete en las tareas domésticas, especialmente en las de cocina. Tal definición, resulta sexista ya que presupone que las tareas domésticas no son tareas del hombre, y que si las hace, es "entrometiéndose", es decir, metiéndose donde no le llaman, o inmiscuyéndose en lo que no le toca, como si al hacer tareas domésticas un hombre estuviera haciendo cosas que no son de su incumbencia o de su responsabilidad.



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