28 de mayo de 2017

Nacimiento del vino


Como un toro frutal, el mosto herido,
se revuelca en las cubas resollando,
y entre canciones sórdidas va ahogando
en soledad su cálido balido.

Toda su sangre le dará al olvido
que se come los ojos en el llanto,
y por bagualas libre ya en el canto,
arderá su color amanecido.

Entre esa luz, ultrafloral morada,
a la sombra carnal y enamorada
que lo íntimo visita en la madera,
terrestre habita el vino y su locura,
que en los huesos detiene la dulzura
y el sueño vivo de la primavera.

Jaime Dávalos
(1921-1981)
El nombrador




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