28 de noviembre de 2017

Al sur del sur

Punta Arenas y Puerto Natales son las únicas ciudades continentales de Magallanes, la XII Región de Chile.
Todo es vasto e impresionante en esta tierra donde no sólo el frío y el viento te quitan el aliento, sino también la belleza de sus paisajes. Aquí está Torres del Paine, el más importante Parque Nacional chileno. 
Aún en pleno verano, la nieve no abandona las cumbres y la lluvia es compañera habitual.
Es difícil explicar la sensación de estar en esos lugares. Todo es tan extenso y hermoso... pero a la vez tan duro. 
Los vientos azotan Punta Arenas, frente a Porvenir en la segunda angostura del Estrecho de Magallanes, y son necesarias sogas en las esquinas para poder sujetarse y circular durante el crudo invierno.
La vida no es fácil en este pedazo apartado de la tierra chilena, separado del resto del país por el gran campo de hielo sur. Sus habitantes viven del ganado ovino, el petróleo y el turismo en esta especie de "isla continental" que se comunica con el resto del territorio nacional sólo con un ferry semanal  o por vía aérea, o recorriendo territorio argentino a lo largo de la cordillera santacruceña. 

El clima del enero magallánico es similar al del julio porteño y eso impone reconstituirse con comida y bebida.

En Puerto Natales está Patagonia Dulce, una casita primorosa y acogedora con muy buena pastelería. Allí, y si de combatir combatir el clima se trata, no hay que privarse de una taza de chocolate con pisco y merkén (nombre chileno del locoto o ají de Cayena).
Para comer, El Marítimo en la calle principal, un sencillo comedor amablemente atendido, con comida sabrosa y donde, a través del ventanal entre la cocina y el salón, podés ver cómo se prepara tu plato. Todo es rico y tiene un gusto intenso (en Chile no aprecian los congelados)

En Punta Arenas está La Chocolatta, muy cerca de la plaza principal. Es una antigua confitería, con algo de café vienés. Entre otras cosas, el chocolate puede acompañarse con un plato de masitas secas al estilo europeo, de esas que ya sólo se consiguen en algunas confiterías muy tradicionales.
Para el almuerzo, y como es inevitable estando en Chile, el Mercado Municipal, frente al puerto. El de Punta Arenas es pequeño y cuenta con un edificio nuevo y moderno. Puestos impecables en la planta baja para la venta y las imperdibles cocinerías en el primer piso y con vista al mar. Todo es rico y sustancioso en estos pequeñísimos locales con mesas para compartir y la impresionante vista del puerto y del mar.

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