9 de mayo de 2018

Oda al tomate

Después de Canto General (1950), una obra escrita en la clandestinidad impuesta por el momento político chileno y en la cual Pablo Neruda cuenta el continente americano y su historia de amores y traiciones, Odas elementales se detiene en las pequeñas cosas de la vida cotidiana.

Junto a la Oda al caldillo de congrio, una de las más famosas y mencionada en una entrada anterior, encontramos la Oda a la alcachofa, Oda al aire, Oda a la flor azul, Oda al cobre, Oda a la claridad...

En este libro y los siguientes libros de odas, Neruda se dedica a todas las cosas, concretas y abstractas, del día a día de la gente común.
Aquellos interesados en saber más sobre este momento de la obra nerudiana  , no perderse el artículo de otro gran escritor latinoamericano, el nicaragüense Sergio Ramírez, en la Biblioteca Cervantes Virtual.



Oda al tomate

La calle
 se llenó de tomates, 
mediodía,
verano,
la luz
se parte
en dos
mitades
de tomate,
corre
por las calles
el jugo.
En diciembre
se desata
el tomate,
invade
las cocinas,
entra por los almuerzos,
se sienta
reposado
en los aparadores,
entre los vasos,
las mantequilleras,
los saleros azules.
Tiene
luz propia,
majestad benigna.
Debemos, por desgracia,
asesinarlo:
se hunde
el cuchillo
en su pulpa viviente,
es una roja
víscera,
un sol
fresco,
profundo,
inagotable,
llena las ensaladas
de Chile,
se casa alegremente
con la clara cebolla,
y para celebrarlo
se deja
caer
aceite,
hijo
esencial del olivo,
sobre sus hemisferios entreabiertos,
agrega
la pimienta
su fragancia,
la sal su magnetismo:
son las bodas
del día,
el perejil
levanta
banderines,
las papas
hierven vigorosamente,
el asado
golpea
con su aroma
en la puerta,
es hora!
vamos!
y sobre
la mesa, en la cintura
del verano,
el tomate,
astro de tierra,
estrella
repetida
y fecunda,
nos muestra
sus circunvoluciones,
sus canales,
la insigne plenitud
y la abundancia
sin hueso,
sin coraza,
sin escamas ni espinas,
nos entrega
el regalo
de su color fogoso 
y la totalidad de su frescura.



En esta oda, Neruda dice:

llena las ensaladas
de Chile,
se casa alegremente
con la clara cebolla,



Se refiere a la ensalada chilena, la más tradicional en ese país: cebolla cortada pluma y tomate pelado en rodajas, puede ir acompañada con cilantro y ajíes picantes y se la suele servir como acompañante de muchos platos (como el delicioso pastel de choclo)



Para finalizar, una animación con la voz del uruguayo Jorge Drexler y su versión del poema.


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