12 de agosto de 2017

Una de terror

Jamie Oliver es un famoso cocinero británico con varios programas de televisión, libros y restaurantes en su haber e incluso su propio canal de YouTube.
Uno de sus temas preferidos es el reclamo por una alimentación infantil de calidad. En este vídeo del canal Viajar, ofrece a un grupo de escolares una escalofriante explicación sobre uno de los alimentos-chatarra preferidos: los nuggets, esos inocentes bocaditos de pollo que las madres permiten que sus niños coman con gusto y alegría.



El guante también lo recoge Miguel Ángel Lurueña en su blog  Gominolas de petróleo en parte de su artículo ¿Que nos depara el 2017 en materia de alimentación?


Publicidad de alimentos insanos para niños 
Otro debate relacionado con el anterior que se ha intensificado en los últimos años y que previsiblemente se mantendrá a lo largo de 2017 es el que se refiere a la publicidad de alimentos insanos dirigida a niños. En 2016 vimos cómo varios países adoptaron diversas medidas al respecto con el objeto de reducir los altos índices de obesidad infantil que se registran en buena parte del planeta. Por ejemplo, en Chile se prohibió la comercialización del huevo Kinder Sorpresa y se obligó a modificar el Happy Meal para tratar de eliminar los juguetes que incluyen este tipo de productos y que sirven como gancho para atraer a los más pequeños. En ese país se aprobó además un nuevo etiquetado para los alimentos que informa sobre nutrientes críticos, tales como sodio, grasa, calorías y azúcar. Por su parte, en Brasil la Corte Superior de Justicia prohibió la publicidad dirigida al público infantil. 

Éstas son las advertencias que deben mostrarse en el etiquetado de ciertos alimentos que se comercializan en Chile. (Fuente)
  ¿Y qué ocurre en España? Pues ocurre que cada vez más profesionales alzan la voz para que se prohíba la publicidad de alimentos insanos dirigida a niños. Uno de los revulsivos fue sin duda la petición realizada en 2015 por el dietista-nutricionista Julio Basulto a través de las redes sociales para que organizaciones relacionadas con la salud dejaran de avalar este tipo de productos. Su atención se centró concretamente en la Asociación Española de Pediatría (AEP), cuyo nombre se mostraba en el envase de las galletas Dinosaurus, entre otros. Pues bien, en febrero de 2016, la Organización Médica Colegial, es decir, la institución que agrupa a todos los colegios de médicos de España, aprobó una declaración en la que se indica que este tipo de prácticas suponen "una forma de publicidad subliminal asociativa en la que se entiende que el producto viene avalado por la sociedad científica cuya imagen o logo figura en el mismo producto o en una imagen en la que aparecen ambos". Se añade además que "es contrario a la Deontología Médica solicitar o aceptar contraprestaciones a cambio de prestar la imagen de la profesión médica para avalar productos alimentarios de dudosa salubridad". A día de hoy el sello de la AEP ya no se muestra en ese producto ni en otros en los que aparecía. Sin embargo aún son muchas las entidades relacionadas con la salud que siguen practicando este tipo de "patrocinios". ¿Veremos cambios en 2017?

Estos son algunos de los productos insanos en los que se mostraba el sello de la AEP. 

Otra acción publicitaria que puso en pie de guerra a muchos profesionales sanitarios en 2016 fue el anuncio televisivo de un producto dirigido a la población infantil llamado Sojasún. La polémica fue tal, que la Asociacion para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, conocida como Autocontrol, lo condenó por "fomentar entre los menores el desprecio hacia las frutas y verduras y, además, el consumo excesivo de los yogures promocionados"Eso sí, la empresa responsable del producto, Triballat España, S.L., no quiso participar en el procedimiento llevado a cabo por Autocontrol, lo que significa que su condena no es vinculante ni obliga a la empresa a realizar ningún tipo de acción. Todo esto no es nada nuevo. En 2015 vimos un caso similar con el anuncio del producto Kekos de la empresa Bimbo, con las mismas consecuencias, es decir, ninguna. Es probable que en 2017 la historia se repita con otro producto diferente.
 A finales del pasado año el Congreso pidió al Gobierno limitar la publicidad de alimentos insanos dirigida al público infantil con el objeto de reducir la elevada tasa de sobrepeso y obesidad en ese grupo de población. Y es que, aunque en 2016 conocimos que el exceso de peso en niños de seis a nueve años disminuyó un 3,2% en cuatro años, la prevalencia todavía sigue siendo muy elevada, alcanzando concretamente una cifra del 41,3%. Por su parte, los adultos no tienen nada que envidiar a estas cifras, a juzgar por un estudio publicado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que el 39,3% de la población española de entre 25 y 64 años padece sobrepeso y un 21,6% obesidad. ¿Veremos en 2017 algún tipo de medida para limitar la publicidad de alimentos insanos? 



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