como si el
corazón tuviera mango.
Está hecha
de lo que le falta. Jamás
se guarda
nada para sí.
Podría
medir el mundo, acunarlo, transportar
su
misterio, sus campanarios de agua de una orilla
a la otra.
Más humana
que un perro.
Más a mano
que Dios.
Jorge
Boccanera
(Bahía Blanca, 1952)
Qué bello!!!
ResponderEliminarEste muchacho es así. No necesita del hermetismo para decir belleza.
ResponderEliminar