1 de septiembre de 2016

Sabor de Panamá

En otra entrada (Mercados de Buenos Aires, agosto 2016) contaba que me encantan los mercados y por eso, cuando visito una ciudad, es un verdadero regalo encontrarme con alguno. 
Los olores, los colores, el trajín, las personas con sus bolsas haciendo la compra... Un poco de la vida cotidiana para empaparse del lugar y no ser simplemente un turista mirón.

visitpanama.com
Cuando hace unos años visité la ciudad de Panamá tenía la extraña sensación de estar en una especie de escenografía. Esa enorme cantidad de edificios tan altos, tan modernos y lujosos, las calles con autos que pasaban a gran velocidad, los centros comerciales... pero todo casi sin gente.
¿Dónde estaban los kioscos de diarios y revistas, los puestos de comida al paso, los almacenes,las librerías, los bares? Parecía una ciudad de película de ciencia ficción, una distopía futurista sin más gente que la manejaba los autos.


Más tarde la encontré, a la ciudad real, varias calles más arriba,por donde no andan los turistas y las personas van y vienen, con sus bolsos y sus compras, caminando o en bus. 
Más tarde aún, ya de vuelta en casa, vi un documental sobre la burbuja inmobiliaria panameña y así cobraron sentido todos los avisos de urbanizaciones que había por todas partes y que no podía entender, ya que al verlos pensaba ¿a quién van a vender esto, si hasta los edificios en el propio centro de la ciudad parecen deshabitados?

Estando en la ciudad hay varias visitas obligadas: el Canal, por supuesto, y  la Ciudad Vieja y el Casco Antiguo que son Patrimonio UNESCO.
El Casco Antiguo fue el segundo asentamiento luego de que la Ciudad Vieja fuera destruída a consecuencia del bloqueo impuesto por el pirata Henry Morgan, a fines del siglo XVII. Es un lugar precioso, con viejos edificios y plazas, en una península rocosa desde cuyo extremo se ve la ciudad moderna.

Hacia allí íbamos, en el bus urbano, resistiendo calor y empujones y tratando de no perdernos cuando avisté del otro lado de la calle un lugar llamado Mercado del Marisco
Más tarde preguntamos y así nos enteramos de que era el mercado acopiador y distribuidor de pescado y marisco de la ciudad y que podía visitarse.
En ese viaje (cinco semanas por Centroamérica) yo fui en calidad de acompañante. Una amiga había planeado todo al milímetro, teniendo ya calculado qué ciudades, qué visitas, qué buses y horarios, tomaríamos a lo largo del recorrido. Pero el dato del mercado faltaba y fue una agradable sorpresa.

A caballo entre el Paseo Marítimo y el Casco Antiguo, fue fundado en el año 1997 como una necesidad de concentrar y modernizar la actividad. Se vende por mayor y menor, así que allí compran tanto los restaurantes como las amas de casa. 
 Pero lo verdaderamente importante es que allí mismo se puede comer. Se puede comer en los locales que hay en la galería del primer piso o en los más modestos de la calle lateral, cerca de la dársena de carga y descarga, y también se puede comer en el mismo mercado, en las muchas cevicherías que hay en los puestos del fondo.
Realmente la variedad invita a la degustación pero aunque los ojos quieran el estómago dice ¡basta!. Es que no sólo los sabores son muy intensos sino que el condimento no se queda atrás, así que hay que abandonar aunque no se quiera.
Como sea, un imperdible en Panamá City para comer y mirar.


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