La torta Pascualina es un plato
tradicional en la mesa familiar argentina y también podemos encontrarlo en
muchos bares y pequeños restaurantes (como La Americana, en pleno centro porteño y cuya foto ilustra esta entrada).
Junto con la sencilla tarta de jamón y
queso son, quizás, las variedades más difundidas en el consumo cotidiano.
Se trata de una tarta de verduras de
hoja, acelgas o espinacas, sencilla y sabrosa. Su relleno se enriquece con
cebolla y queso rallado y los característicos huevos duros enteros que la hacen
muy vistosa.
Está incorporada al menú porteño de
todos los días y por lo general no se asocia su nombre con la Cuaresma, pese a la obviedad: es torta Pascualina porque se come en Pascua, un plato sin carne pero sustancioso, adecuado para la abstinencia católica.
En el sitio web de la AcademiaBarilla ubican a la torta Pascualina como cocina tradicional de la Liguria, región
del noroeste italiano, entre las montañas y el mar.
Dicen también que el huevo, además de
ser unos de los más antiguos alimentos, está muy ligado a la tradición de
Pascua, por su simbología relacionada con la vida y, en este caso, a la resurrección.
Los cristianos hicieron propia la
costumbre antigua (persas, griegos, romanos) de regalar huevos pintados al
inicio de la primavera,la estación cuando todo renace. En el Medioevo, los huevos se juntaban para ser
bendecidos en la iglesia. Más tarde se adoptó la costumbre de regalar a los
pobres y a los niños los huevos excedentes, costumbre que posiblemente originó
la que tenemos actualmente de regalar huevos de chocolate.
La de la Liguria es una cocina
sencilla con vegetales y frutos de mar (especialmente pez espada, sardina y
atún), cuyos platos más representativos son las pastas rellenas (ravioli, pansotti),
la cima rellena, el minestrone y el pesto.
La torta Pascualina puede hacerse con verduras
de hoja o con alcauciles y a su relleno se suman diversos ingredientes según la
receta. Esta es versión de la Academia Barilla, en el sitio web de la escuela de cocina de la famosa marca de pasta seca italiana.
INGREDIENTES
Para 4 personas
300 g masa de hojaldre
350 g de acelgas
50 g de cebolla
1 cucharada de perejil
1 cucharada de mejorana
200 g de ricota
30 g de Parmesano Reggiano
4 huevos, más uno para pintar
Un diente de ajo
Aceite de oliva extravirgen, cantidad
necesaria
Sal y pimienta, cantidad necesaria
PREPARACIÓN
Lavar las hojas de acelga, cortarlas
en juliana y dejarlas dos minutos en agua hirviendo.
Limpiar y picar el ajo y la cebolla.
Verter un poco de aceite en una
sartén y llevar a fuego medio. Rehogar la cebolla y agregar las acelgas y el
ajo, salpimentar y cocinar 5 minutos. Dejar enfriar.
Picar el perejil y la mejorana e
incorporar a la mezcla tibia, junto con la ricota y el queso parmesano.
Espolvorear la mesa con harina y estirar
con el rodillo 4 hojas de hojaldre lo más finas posible.
Aceitar la tartera y cubrir con una
de las hojas de masa, pintarla con aceite y cubrir con otra hoja de masa.
Pinchar con un tenedor para que no se infle durante la cocción.
Echar el relleno y acomodarlo con
ayuda de una cuchara, formando 4 huecos para apoyar los huevos duros.
Cubrir con una hoja de masa de
hojaldre, pincelar con aceite de oliva y aplicar la última hoja de masa.
Recortar y repulgar los bordes. Picar la cubierta con un tenedor y pincelar con
el huevo batido.
Cocinar en horno mediano (170°) por
30/35’. Servir a temperatura ambiente.
Como todo plato de la cocina popular, no tiene una receta única. Cada región, cada ciudad, cada familia la prepara a su manera.
Para
quien prefiera la versión criolla, un videíto de Cocineros argentinos, un programa de tv que ha sabido convertirse en un clásico.
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