Aunque se ha casado de forma casi circunstancial, está muy enamorado y considera que su vida es un éxito, ya que ha alcanzado todos los logros esperables: la casa, el auto de alta gama, la posibilidad de convertirse en socio de la firma...
A pesar de que todo parece estar en su lugar, siente una cierta incomodidad ante su trabajo, cuando empieza a darse cuenta de que ético y legal no son la misma cosa.
Y a esa incomodidad se agregan la sorpresa y el desconcierto cuando, después de haber gestionado una operación que va a dejar a los inversionistas muy pobres y a su empresa muy rica, es sorpresivamente despedido por el bien de todos, según le explican los directivos.
Su familia tiene una empresa del rubro de la alimentación y, por la presión de una historia de tres generaciones, James siente que necesita desempeñarse en un trabajo real, distinto a los que ha hecho hasta el momento.
Luego de varios intentos, consigue un puesto como camarero y así descubre un universo paralelo al mundo hasta entonces conocido de las inversiones y los despachos. En su nuevo empleo en el mundo real James realiza, por muy poco dinero, una tarea considerada de la más baja calificación pero plena de exigencias y en jornadas extensas y agotadoras.
Es una comedia elegante, sin exageraciones, que cuestiona el concepto de éxito en la sociedad capitalista.
Y todo con el escenario de fondo de un local de comidas rápidas, abierto las 24 hs, con toda clase de personajes a uno y otro lado del mostrador. El guión está basado en el libro en el libro de James Adams, que cuenta una experiencia personal.
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