5 de agosto de 2016

Cocineros de la calle

Cocineros de la calle es el nombre de una ONG que se dedica justamente a eso: cocinar en la calle. 
Pero no a cocinar cualquier cosa ni en cualquier parte. 
Ellos se reúnen todos los martes en avenida Alberdi y autopista Perito Moreno, en la ciudad de Buenos Aires y allí los voluntarios cocinan y enseñan a cocinar a chicos que viven en la calle.
La idea no es sólo alimentar sus estómagos, sino también su conocimiento y su futuro. Los interesados cocinan junto con los voluntarios y así aprenden a preparar cosas ricas y nutritivas, de manera metódica y en buenas condiciones de higiene, con la idea de que eso pueda convertirse en un trabajo.

A continuación, una nota hecha en la gacetilla de Apoyo al Trabajo Popular del INTI, en el mes de junio pasado:

ENTREVISTAS A EMPRENDEDORES
Hoy: Sergio Méndez y Gonzalo Cogo de Cocineros de la calle


En el barrio de Floresta de la Ciudad de Buenos Aires un rico aroma está surgiendo en las calles. Un grupo de cocineros están decididos a combatir el frío de la noche con comidas que llenan mucho más que la panza. “Cocineros de la calle” reúne a personas en situación de calle, todos los martes, en torno a la mesa. Es un proyecto que brinda un lugar de encuentro, contención y formación. Hoy dos de sus creadores nos cuentan un poco más de qué se trata.

La mayoría de las veces, en las entrevistas que publicamos, compartimos con ustedes las trayectorias de emprendedores y cooperativas, personas que con creatividad, empuje y sacrificio, transforman sus ideas en realidades, poniendo en marcha y haciendo crecer sus propios proyectos productivos. Hoy les traemos una historia de un grupo de personas cuyo proyecto consiste en alimentar los sueños de otros. Así nació “Cocineros de la calle”, una iniciativa social orientada a generar un espacio de encuentro donde compartir un plato de comida con las personas en situación de calle, pero no sólo eso, también la enseñanza de cómo cocinar, el aprendizaje de la elaboración de los platos y las charlas de sobremesa. Desde la búsqueda de donaciones hasta los talleres de elaboración, de la asistencia y la contención de personas en situación de calle a la formación y la posibilidad de reinserción laboral.

Sergio: Somos un grupo que arrancamos con la idea de ayudar a la gente que vive en situación de calle llevando un plato de comida, tratando de dar un valor agregado que es cocinar en el lugar, en la calle. Esa fue la primera instancia, pero después se fue desarrollando la idea y a eso se le sumaron talleres de cocina que hacemos todos los martes a las 19:30 en el barrio de Floresta [Ciudad Autónoma de Buenos Aires], en Alberdi y la autopista. Ahí nos prestan una cancha de futbol 5, una parte del predio, y todos los martes estamos ahí dando las clases. Ya tenemos 40 personas que están asistiendo a las clases con sus cuadernos.

ATP: ¿Los asistentes son todas personas en situación de calle o vecinos del barrio también? S: En situación de calle. Se acerca gente del barrio, pero el proyecto apunta a personas en situación de calle. Gonzalo: La gente del barrio que se está acercando es gente que viene más que nada a averiguar por el voluntariado o que quiere colaborar con algo. Pero la gente que viene a los talleres es gente que está en situación de calle.

ATP: ¿Cómo se desarrollan los talleres? G: Desarrollamos una receta, la imprimimos y se la damos a cada uno de los asistentes y ahí toman apuntes también. Repartimos las tareas cuando llegamos, ordenamos el lugar y comemos. También está generándose una cierta contención en las personas, no están faltando para nada y, de hecho, están viniendo cada vez más.

ATP: ¿Cómo se sustenta actualmente el proyecto? S: Hasta hace poco de nuestro bolsillo, y todos somos laburantes. Pero desarrollamos una página que es www.cocine‌rosdelacalle.org, ahí también estamos innovando. Armamos un lugar que se llama “Almacén callejero” donde pueden colaborar todos haciendo una compra virtual de productos que se utilizarán en próximas elaboraciones, partiendo desde los 10 pesos. Está bueno porque crea una interacción y después se puede ver el aporte concreto. Además hay personas que donan cosas. Ahora estamos con la iniciativa de que se acerquen con utensilios en desuso, ya que eso nos sirve para las clases. Hay personas que donaron una heladera, ahora nos quieren donar un horno. De a poco se está armando la escuela. Nos falta el lugar. Porque lo que tenemos por ahora es un préstamo, no sabemos hasta cuándo y tampoco podemos edificar, no podemos armar la escuela ahí. En realidad la armamos cada martes y la desarmamos, es un aula ambulante. A los talleres están viniendo personas solas, familias… se está generando una movida copada. Si bien sabemos que es difícil que se inserten laboralmente, la idea es armar un emprendimiento o micro-emprendimientos y generar nosotros un ingreso, no sólo para solventar el proyecto sino para que sea un ingreso para ellos. El objetivo final es la reinserción social. Ahora estamos incorporando algunas salidas con nuestros alumnos, los estamos llevando a ferias gastronómicas. Tenemos ganas de entrar en las ferias con productos propios como medio de trabajo pero, por ahora, vamos de visita. G: La idea es que tengamos algún producto emblema que sea la marca de “Cocineros de la Calle” y que ellos puedan desarrollarlo económicamente, teniendo un lugar donde poder producirlo, porque eso es importantísimo. El proyecto está creciendo de manera gigantesca, ahora hay que re-direccionar las energías. S: Estamos contentos, estamos armando un proyecto que está acompañado por una identidad gastronómica también. O sea, no es que vamos y cocinamos “lo que pinte”. Estamos tratando de armar una identidad de cocina callejera. Aprovechando que la cocina en la calle es, hoy por hoy, lo que está de moda, como los “Food Truck” (Camiones de comidas rápidas). Siguiendo esta idea, vimos que hay una O.N.G. que recibe bicicletas en desuso, las reciclan y se las dan a personas en situación de calle. Nos queremos poner en contacto con ellos, para ver si podemos armar algo para que nuestros alumnos salgan a vender con las bicicletas. G: Que vendan desde una mermelada, un café, un budín, un struddel. La idea es retomar al vendedor en bicicleta, al vendedor ambulante pero con la marca de “Cocineros de la calle”, para que tenga una identidad el producto, el proyecto y la persona que trabaja.

ATP: Está identidad gastronómica ¿qué elementos tendría? S: Lo que se puede elaborar en la calle. En eso estamos basándonos. G: Tenemos un anafe de butano, parrilla, chapa disco y cocinamos con lo que se puede cocinar en la calle. S: Y estamos haciendo cocina de alto vuelo. Hicimos wrap de bondiola a la barbacoa, arepas, tacos a la chapa, ñoquis, chorizos a la pomarola, flan, crema pastelera con profiteroles, arroz con pollo, guiso de lentejas. Algunos son clásicos de la cocina pero le damos una vueltita, estamos jugando un poco con eso para que también vayan conociendo una cocina a la que por ahí no estaban acostumbrados.

ATP: ¿Qué impacto tiene el proyecto en las personas que asisten a los talleres? G: Hay cosas que pueden parecer una tontería, pero no lo son. Tenemos la posibilidad de que los chicos cuando vienen se pueden bañar porque nos prestan el vestuario de la canchita. Y vienen bañados y perfumados. El otro día uno de los chicos vino con una camisa blanca y estaba feliz. Hay cambios…. S: Sí, tal vez todavía no conseguimos entrar a las ferias o armar un emprendimiento. Pero sí estamos consiguiendo acompañar a alguien al que lo único que le acercan generalmente es un plato de comida y nada más. Nosotros estamos tratando de hacer algo más: comemos juntos, charlamos. Ellos tienen esperanza y confianza en el proyecto y eso está muy bueno.

“Cocineros de la calle” forma parte de la Red ATP. El programa ATP comparte con “Cocineros…” el objetivo de fomentar la generación de trabajo genuino que, en su caso, se destina a sectores de vulnerabilidad social. Desde el INTI, se les brindó capacitación a algunos de los “Cocineros…” en Buenas Prácticas de Manufactura y en elaboración de panificación artesanal. Además, se les ofreció asesoramiento para la conformación de este proyecto en una figura jurídica de cooperativa que permita constituir fuentes de empleo reales.


Después de esto, y para seguir reflexionando sobre el tema, una miradita en el blog de cocina Directo al paladar
Es un sitio español muy bonito, donde concurren varios autores, así que hay recetas y notas variadas como para todos los gustos.
¡Hasta tienen una etiqueta que se llama desperdiciar comida !

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