El pasado 26 de octubre se celebró en la
ciudad de Buenos Aires el día de los cafés y bares notables. Se eligió este día porque fue cuando el café Tortoni,
uno de los más antiguos y tradicionales y aún en funcionamiento, inauguró la
que es hoy su entrada principal por Avenida de Mayo.
Esta fecha se estableció por
medio de la Ley 35/98 que dice en su Artículo 1°: Créase la Comisión de Protección y
Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de
Buenos Aires, y en el Art. 2°: Se considerará como notable, en lo que se
refiere a esta Ley, aquel bar, billar o confitería relacionado con hechos o
actividades culturales de significación; aquel cuya antigüedad, diseño
arquitectónico o relevancia local le otorguen un valor propio.
Para ayudar a coservar este patrimonio de la ciudad, en el año 2014 se sancionó la Ley 5213 Régimen de promoción de cafés, bares, billares y confiterías notables,que les otorga algunas ventajas y exenciones.
Para ayudar a coservar este patrimonio de la ciudad, en el año 2014 se sancionó la Ley 5213 Régimen de promoción de cafés, bares, billares y confiterías notables,que les otorga algunas ventajas y exenciones.
Un bar
notable tiene esencia. No es simplemente un lugar de gran valor arquitectónico, tampoco necesita una carta que lo distinga de los demás ni está en una esquina
privilegiada de la ciudad.
Lo que sí
tiene es historia, presencia en el barrio, clientela habitual… una suma de
elementos que le dan personalidad y brillo propios a estos locales que forman
parte de la cultura porteña.
Pueden estar
en el centro o en los barrios, ser lujosos o modestos, más o menos antiguos, pero
todos y cada uno tienen un ambiente particular, son un ámbito donde sus
parroquianos se sienten de alguna manera como en casa y algunos hasta arman allí su
oficina o su estudio.
Y no hay que olvidarse de los mozos, ellos son parte fundamental de ese paisaje donde la conversación y los silencios son igualmente importantes.
Y no hay que olvidarse de los mozos, ellos son parte fundamental de ese paisaje donde la conversación y los silencios son igualmente importantes.
Empezaron
siendo unos cincuenta y ya se están acercando a los cien. Si bien algunos son
buscados por los turistas y se visten para la ocasión, visitarlos es palpitar
un pedazo de la ciudad real, donde el tiempo es a la vez ayer y hoy.
¿Por qué visitarlos?Porque son auténticos. Porque aunque son diferentes en su estilo son parecidos en espíritu. Porque es la gente la que los mantiene ahí. Porque las modas pasan y ellos permanecen.
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