6 de noviembre de 2016

Cafés de Buenos Aires (I)

El pasado 26 de octubre se celebró en la ciudad de Buenos Aires el día de los cafés y bares notables.  Se eligió  este día porque fue cuando el café Tortoni, uno de los más antiguos y tradicionales y aún en funcionamiento, inauguró la que es hoy su entrada principal por Avenida de Mayo.

Esta fecha se estableció por medio de la Ley 35/98 que dice en su Artículo 1°: Créase la Comisión de Protección y Promoción de los Cafés, Bares, Billares y Confiterías Notables de la Ciudad de Buenos Aires, y en el Art. 2°: Se considerará como notable, en lo que se refiere a esta Ley, aquel bar, billar o confitería relacionado con hechos o actividades culturales de significación; aquel cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia local le otorguen un valor propio.
Para ayudar a coservar este patrimonio de la ciudad, en el año 2014 se sancionó la Ley 5213 Régimen de promoción de cafés, bares, billares y confiterías notables,que les otorga algunas ventajas y exenciones.

Un bar notable tiene esencia. No es simplemente un lugar de gran valor arquitectónico, tampoco necesita una carta que lo distinga de los demás ni está en una esquina privilegiada de la ciudad.
Lo que sí tiene es historia, presencia en el barrio, clientela habitual… una suma de elementos que le dan personalidad y brillo propios a estos locales que forman parte de la cultura porteña.
Pueden estar en el centro o en los barrios, ser lujosos o modestos, más o menos antiguos, pero todos y cada uno tienen un ambiente particular, son un ámbito donde sus parroquianos se sienten de alguna manera como en casa y algunos hasta arman allí su oficina o su estudio. 
Y no hay que olvidarse de los mozos, ellos son parte fundamental de ese paisaje donde la conversación y los silencios son igualmente importantes.
Empezaron siendo unos cincuenta y ya se están acercando a los cien. Si bien algunos son buscados por los turistas y se visten para la ocasión, visitarlos es palpitar un pedazo de la ciudad real, donde el tiempo es a la vez ayer y hoy.
¿Por qué visitarlos?Porque son auténticos. Porque aunque son diferentes en su estilo son parecidos en espíritu.  Porque es la gente la que los mantiene ahí. Porque las modas pasan y ellos permanecen.

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