
Tiene títulos en los tres idiomas: E il cibo va; Food on the go; Comida en movimiento y el subtitulado es bastante feo. Quizás inspirada en el título de otra película (E la nave va, Federico Fellini, 1983) recorre a las dos grandes colectividades italianas en el extranjero: New York y Buenos Aires. Se estima que cerca de 30 millones de italianos emigraron y que sus descendientes en el continente americano son unos 60 millones… o sea, la misma cantidad de habitantes que tiene Italia en la actualidad.
En esta obra coral, con participantes numerosos y variados, se recorren casas, instituciones, comercios, restaurantes y asociaciones, para comprobar aquello de que a los italianos (y a sus orgullosos descendientes) les gusta hablar de comida. De un lado y otro del mar y en uno y otro hemisferio, se alternan las opiniones sobre qué es auténtico y qué no lo es
La cocina, en tanto manifestación cultural, no es algo estático. E indudablemente la nueva tierra y sus frutos locales, sumados a las recetas y productos de los inmigrantes, arrojaron una mistura que para algunos es enriquecedora y para otros bastarda.
La discusión, por supuesto, es encendida. Al mejor estilo italiano.
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