Dieta mediterránea

En una entrada anterior comentaba mi experiencia en un restaurante donde ofrecían un menú mediterráneo. 
Esa experiencia  me hizo pensar de qué hablamos cuando hablamos de la tan mentada dieta mediterránea y querer saber más.
 ¿Existe? ¿En qué consiste? ¿El área del mar Mediterráneo es realmente una unidad gastronómica?


El nombre parece tener su origen en un estudio que hizo el médico norteamericano Ancel Keys sobre la relación grasas-infarto en España y luego en otros países de la región durante la posguerra.

Él observó que pese a la pobreza, la escasa atención sanitaria y el alto consumo de tabaco, la incidencia de enfermedades crónicas, tumores y cardiopatías era muy baja y que había muchas personas longevas.

Estudios posteriores comprobaron estos datos. Si bien son muchas las naciones de la cuenca mediterránea y sus diferencias, también existen varios elementos comunes:

• bajo consumo de carne, preferentemente de aves y pescados
• vegetales propios de la zona y consumo de cereales, legumbres, semillas y frutos secos
• aceite de oliva, huevos
• mucha fruta fresca y poca azúcar refinada
• lácteos, principalmente queso y yogur
• vino y pan para acompañar las comidas

La FAO, en su reunión del año pasado en Milán alertó sobre la “transición nutricional” que sufre la región a causa de la globalización de los alimentos (el mundo al alcance de nuestras despensas) y de los cambios en el estilo de vida (mujeres que trabajan, mayor consumo de carnes y lácteos, menor consumo de frutas y verduras)

 
Otra agencia de las Naciones Unidas, la UNESCO, ha incluido a la Dieta Mediterránea en la lista del Patrimonio Inmaterial, destacando que se trata de un “conjunto de conocimientos” y no de una simple selección de alimentos, sino de producir, conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir pero no como un acto individual sino en un contacto social que une, identifica y asegura la continuidad.

 
A esta línea de pensamiento adscribe la Fundación Dieta Mediterránea, creada en 1996 para “realzar el valor fundamental que representa la D. M. y sus productos para la alimentación española y su industria” (Observar que aquí hablamos de patrimonio inmaterial pero también material)

También ellos opinan que la dieta mediterránea es mucho más que una pauta nutricional rica y saludable, es una valiosa herencia cultural que incluye celebraciones y costumbres, productos y recetas, modos de cocinar variados y actividades humanas relacionadas.

La fundación tiene un blog  muy bonito visulmente, con artículos, menús y noticias. Presenta notas informativas, menúes semanales de estación e incluso se puede descargar un precioso libro La dieta mediterránea para niños.  
El recetario tiene fotos muy atractivas y es interesante porque presenta cada plato con su historia. Va un ejemplo con el pan de ajo, una receta sencilla, tradicional ysiempre bienvenida:

En muchas zonas del Mediterráneo una rebanada de pan con sabor a ajo, aceite de oliva y sal sirve como un simple refrigerio para merendar o empezar una comida. El pan de ajo, durante mucho tiempo considerado una comida de campesinos, ahora está totalmente de moda en los círculos sociales de la clase alta donde se valora lo de volver a lo natural. El pan de payés es el mejor, pero cualquier pan que se parezca al francés o al italiano también sirve.

• Preparación: 10 min
• Rendimiento: 4 personas

Ingredientes

1 rebanada de pan de payés por persona

2 dientes de ajo

aceite de oliva virgen extra

sal

Instrucciones

1Tostar el pan.
2Frotar con ajo.
3Poner un poco de sal.
4Poner unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
5Comer cuando aún esté templado.

En el sitio web español Eroski Consumer podemos ver una interesante infografía sobre lo que es y lo que no es la dieta mediterránea.  

En un reportaje hecho por este sitio,el director de cine Joaquín Oristrell, director de la película Dieta Mediterránea (2009), retoma esta idea de cultura y comunidad ya que el Mediterráneo es un conjunto de muchas culturas, países, religiones y épocas y dice que: “ la dieta mediterránea está por encima del hecho de comer y de sus cualidades nutricionales, es una forma de vivir, de valorar el tiempo, de entender la familia, de situarse en el mundo”. 

La película de Oristrell cuenta sobre cocinas, fogones y otras apetencias…